sábado, 19 de diciembre de 2009

La marea me dejó, la piel cuarteada, la miel en los labios, y las piernas enterradas...

Ya estamos de vacaciones.

Bajo el manto blanco quedan los tediosos últimos días lectivos de diciembre, repletos de molestos e interminables trabajos, que creo que he terminado viva después de esa batalla gracias a lo poco proclive que soy al descanso nocturno.

Cada día tengo más claro que todo es un negocio y una mentira. Me gusta más lo que hago, lo que estudio, lo que soy. Pero, siento que a mi juicio, aumentan exponenciamente las cosas, personas, actitudes que sobran en este ámbito, en este entorno y en la sociedad en general.

Me ha llegado este video a través de un evento de Tuenti, parece ser que no todos esos eventos son del tipo del “¿Quieres saber quiénes han sido las últimas 17 personas en visitar tu perfil? O el ¿Quieres cambiar el color del fondo y la interfaz de tu Tuenti? ” (Interfaz, no saben ni qué palabra es los que escriben esos eventos, pero básicamente es lo que quieren decirte).

Estamos estudiando periodismo. Todos sabemos que tendremos que sufrir situaciones peliagudas en nuestras vidas, sobretodo el que se decline hacía el periodismo de investigación o la corresponsalía de guerra. Algo en lo que he estado y estoy bastante interesada y es el principio del porqué elegir estudiar lo que estudio ahora.

Pero, en el hipotético caso de que estuviera en juego la vida de una niña o el mejor premio de nuestra vida por una foto, ¿qué nos inclinaríamos a hacer?. ¿Salvaríamos la vida de la pequeña? ¿O haríamos la mejor foto vista en el mundo conocido? Este es uno de los debates a los que nos puede llevar el visionado del video que dejo a continuación.

Este caso concreto, no sé si es cierto no, pero puede extrapolarse a cualquier ámbito de los medios de ¿comunicación?.

¿Qué pesa más?

¿La ética o la estética?

¿La vida o el fracaso?

¿La muerte o el éxito?


Acabo de descubrir el nombre de la directora del corto y el origen del mismo.

One hundredth of a second (una centésima de segundo) es un mini film de poco más de cinco minutos rodado en las afueras de Londres, dirigido por Susan Jacobson, finalista del Manhattan Short Festival del año 2007. El cortometraje está inspirado en el libro The Bang-Bang Club y pretende poner en tela de juicio el trabajo de los reporteros de guerra.

Es comprensible la actuación de la fotógrafa, después de lo dicho por la reconocida fotógrafa mejicana Graciela Iturbide. “El fotógrafo se considera a si mismo un espectador de excepción pero, no alguien que intervenga en escena, el objetivo de una cámara es una potentísima barrera psicológica que parece distanciarles de lo que esta sucediendo.”

Me parece algo triste esta opinión, ya que ¿para qué vas a sacar fotografías a cosas, personas, sentimientos, aflicciones que importan una mierda? Personas como Graciela Iturbide o la protagonista del corto, a mi modo de ver sobran, en este mundo, y en ámbito de la pseudocomunicación. El problema es que no hay manera de que desaparezcan. Los que desaparecen son los que intentan hacer del mundo algo mejor para todos, y no únicamente para su bolsillo o para sí mismos.

Hay que promulgar la actuación, en vez de la observación impasible de los hechos o la indiferencia. La indiferencia hacia nuestro entorno ( y hacia nosotros mismos) es uno de los mayores cánceres de esta sociedad.

A este pobre hombre, sin embargo, le amedrentaron por no sacar del hambre y la pobreza y por no salvar a una niña que iba a ser devorada por los buitres, cuando en realidad sólo se encontraba cagando. No hay nada reprochable en su actuación, sólo esperó la oportunidad perfecta para sacar una buena foto. Y los verdaderos pobres (de mente), los de occidente, le dieron un Pulitzer por una foto de una niña negra cagando en un descampado con un buitre mirando la escena de cerca y esperando su banquete. Una buena cagada la de los que entregan en Pulitzer también, se sentirían mal de dar un premio por eso.

Aunque después de que le den un nobel de la paz a Obama por nada, ¿por qué no se iba a merecer Kevin Carter un Pulitzer por una mierda bien echada? A unos tanto, y a otros tan poco, así es el negocio. Aquí algo más de información sobre Kevin Carter.



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