miércoles, 4 de noviembre de 2009

Payaso, eres el más incomprendido proletario del mundo...!

Y yo que pensaba que los payasos sólo estaban en el circo. ¡Qué gran equivocación!

Hoy era el día de hablar de los payasos.

Los payasos son seres que en mi niñez sólo veía en los circos cochambrosos que se acercaban a la mediana villa que me vio crecer, Amurrio.
Recuerdo, que a la tierna edad de 10 años o así, acampó el circo de Ángel Cristo por aquellos lares, ese hecho fue una revelación para nuestras pequeñas mentes, nuevos vestidos, colores, parecían tanto y eran tan poco.
Demasiados gestos ostentosos en el pasado llevaron a ese hombre a su ruina, tanto económica como a su debacle físico.
Pensaba que ser payaso era algo que estaba bien, era un buen trabajo, dinero mucho no es que ganaras, pero a cambio, la gente te ofrecía su gratitud que es algo que también tiene su valor no material. (¡Que no todo es dinero señores!)
Luego, con el paso de los años te das cuenta de la magnitud que alcanza la bendita ingenuidad infantil, que no es tan válida para la edad adulta y trae verdaderos problemas no preveer el futuro, ya no digo de una manera muy fiable, sino la acción de ser capaces de ello.
Y en estos momentos, en los que la crisis económica no es la única latente entre nosotros, proliferan cada vez más los payasos.
Desde mi humilde posición creo que se debería hacer una cátedra de payasismo en el estado, más concretamente en la UPV/EHU para darle más renombre a la institución si cabe.
Aunque creo que darle más prestigio que el que tiene es imposible, con estas grandes instalaciones que tiene y esas carreras de Ciencias Sociales y de la Comunicación tan aclamadas en el mundo empresarial, por poner un ejemplo, los licenciados de periodismo encuentran trabajo con contrato indefinido antes de comenzar la carrera, en la mayor empresa de todo el estado, con más de 4.000.000 de proletarios, el INEM.

Cada día me veo más rodeada de payasos es por eso que pido que se escuche mi súplica de una cátedra para ellos solos. Por lo menos que esté reglado su tedioso trabajo.

Ser impertinente, fastioso hasta límites insospechados, un bufón de la sociedad...También debería de estar premiado de alguna manera ¿no?

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